Tomomi Kubo
Ondes Martenot es un instrumento electrónico francés inventado el siglo pasado por Maurice Martenot. Su sonido es muy especial y se consigue con sus propios altavoces.
También la manera de interpretación es individualidad. Utilizando la tecla o la cinta con la mano derecha, con la mano izquierda se controla la expresión. Se parece al sintetizador. Sin embargo es un instrumento
monofónico y un instrumento muy humano. Se necesita la expresividad de la persona que toca este
instrumento.
Dr. Truna (Andrés Blasco)
El violonchelo + Maleta Mágica de Dr. Truna adquiere un sonido propio, donde a veces no podemos distinguir si se trata de voces de animales o cuerdas. Las manos manipulan de una manera rápida la electrónica que está controlada mediante unos bastones o varitas que surgen de las entrañas de la maleta, o se ocupan de las cuerdas frotadas y otras invenciones que pasan siempre por el violonchelo amplificado.
Tomomi Kubo es una Ondista, Improvisadora y Compositora. Como intérprete y compositora se ha
involucrado en un amplio abanico de actividades: colaboraciones con orquesta, música de cámara, danza
contemporánea y también en la grabación de bandas sonoras para películas, teatro, series de televisión y spots publicitarios.
Tras graduarse en la Universidad de Música en Kunitachi, Tomomi Kubo se traslada a Paris para cursar sus
estudios de Ondes Martenot en el Conservatorio Nacional de Francia Boulogne-Billancourt dónde se
graduaría obteniendo el primer premio de su promoción de manera unánime. Entre sus maestros de Ondes Martenot se encuentran los prestigiosos Takashi Harada y Pascale Rousse-Lacordaire.
En todas estas actividades siempre ha tratado de transmitir la alegría y grandeza de este maravilloso
instrumento
Dr.Truna es el seudónimo de Andrés Blasco Ramos compositor y músico constructor de nuevos
instrumentos electroacústicos.
En 1983 inicia su actividad como músico-compositor en Valencia, su ciudad natal, con el grupo Carmina
Burana (post-rock) y el dúo Fitzcarraldo (rock experimental).
De 1995 a 1999, reside en Lieja (Bélgica), ciudad donde desarrollará intensamente su universo sonoro.
Construye esculturas sonoras con materiales reciclados y comienza a realizar sus primeras acciones sonoras en espacios públicos.
En el año 2000, vuelve a residir en Valencia y se centra en su trabajo como hombre orquesta y artista sonoro, creando un híbrido entre imagen y sonido, un universo propio, impregnado de retro-futurismo, patafísica y dadá.
Truna, también colabora con danza contemporánea, teatro experimental, cine conciertos y otros artistas en improvisación libre.
Sus piezas han sido presentadas en festivales y museos de distintos países entre ellos: España, Bélgica,
Alemania, Austria, Lituania, Italia, Inglaterra, Francia, Portugal, Grecia y Polonia.